Y se nos fue el gato goloso


He querido publicar esto antes, pero me he volcado en el trabajo y el gimnasio de una manera frenética para no extrañarlo tanto, con muy pobres resultados debo decir.

Y es que Gandalf, mi gato adorado, tuvo que dejarnos el pasado 01 de abril.

Fueron casi 18 años maravillosos a pesar de su mal carácter, sus ataques endemoniados y su habladera imparable.

Su enfermedad renal se hizo cada vez más frecuente, dejó de responder al tratamiento, dejó de comer, dejó de beber y solo quería estar entre mis piernas o en la cama sin que nadie lo molestara. Estaba deshidratado y apático, con todo y eso se las ingenió para atacar a los doctores y formar tal berrinche que hubo que sedarlo para ponerle la vía y el suero. Creo que se hartó y decidió mandarnos a todos al carajo.

No sabemos aún si adoptaremos mas animales, no creo estar lista en este momento. Mientras, me la paso mendigando el cariño de otros gatos, como el de aquel gato gordo y negro de Los Palos Grandes al que le falta un trozo de oreja y duerme panza arriba en medio de la acera, o el de cualquiera de los 8 gatos que posee mi hermana en su casa (que no se acostumbran del todo a tales manifestaciones repentinas de afecto loco) pero ninguno se siente como Gandalf.

Siento que mi casa, ahora sin gatos (Zoe murió en 2008 ¿recuerdan?), ha perdido todo su encanto, ha perdido eso que la hacía especial, acogedora y bonita, ha perdido la capacidad de hacerme sentir a gusto y tranquila, de hacerme sentir creativa e inspirada. Y es que ¿cómo se supone que pueda alguien escribir algo decente sin un gato cerca?. Lo extraño y lloro en momentos como este, cuando solía dormir en mi silla mientras yo escribía sentada a su lado.

Hay en mi casa un silencio más allá de su silencio, un silencio que no es el de siempre, no es de calma, ni de paz ni es placentero. Es el silencio (y el vacío) que produce su ausencia.

Quien ha tenido y querido a una mascota sabe bien lo que se siente.






Si te gusta algo de lo has visto y deseas recibir mis artículos 
directo en tu correo 
suscríbete aquí
tu correo:



31 comentarios

  1. Ay! Maru que triste y lindo lo que escribes. Gandalf se lo merece! Sé lo que sientes y tus palabras me conectan con tantas emociones, recuerdos y ausencias, esas que va dejando cada peludo con el que he convivido. Los gatos de la casa están ahí para ti, cuando quieras los visitas…ah! Y son 13 dentro de la casa pero no se lo digas a mamá ;-D

    ResponderEliminar
  2. Es precioso el texto, yo también tuve un gato, para cada uno el suyo es especial. Y entiendo el duelo, se les tiene tanto cariño.... Un abrazo.

    Ángeles

    ResponderEliminar
  3. Lo siento muchísimo. Sé cuál es el vacío que deja un gato y te entiendo perfectamente. ¡Besos mil!

    ResponderEliminar
  4. Siento mucho tu pérdida, mi siamesa también se me fue hace poco y todavía no lo supero, son una raza muy especial que se gana nuestro corazón. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Nos tenía de esclavos, pero no puedo dejar de extrañarlo. Me hace tanta falta.

      Eliminar
  5. Hola Maru!
    Me dio risa el comentario de Ana (no se lo digas a mamá!) jajaja como una niña traviesa!

    En la casa pasamos por eso, no con perros, obviamente no son iguales a los gatos. Tu historia me hace recordar a la nuestra, si me permites contarla.

    Teníamos una perrita hermosa llamada Laximy que era la niña de los ojos de mi hermana menor , una MiniToy, de verdad era su mejor amiga. Murió en una complicación operatoria en el año 2012. Ella quedó tan deprimida que yo estuve preocupada por ella al ver su gran tristeza. Así que, en secreto entre los demás miembros de mi familia (mamá, papá y mi otra hermana) decidí comprar otra perrita.

    Cuando la llevé a la casa, mi hermana quedó muy sorprendida con que me hubiese atrevido a llevar a otra perra a casa sin su consentimiento (y más porque era mi regalo para mi ella!). Al principio no mi hermana quería tocarla, decía que ella no tendría más perras, que tenía una sola y ya se había ido, estaba molesta conmigo por haberle conseguido a otra en tan poco tiempo, había pasado unas tres semanas tan solo (si, lo hice muy rápido y algo de razón tenía, la verdad), pero es que la falta de alguien peludo a quien abrazar era muy fuerte, y yo la veía tan triste. Teníamos otro perro también llamado Boby, pero era algo gruñón y no se dejaba hacer cariños.

    Mi hermana poco a poco fue aceptando a la perrita, como no aceptar esa dulzura que los animales ofrecen! Pero se demoró un poco, fue como a los nueve meses que ya aceptaba, por lo menos públicamente que Candy es linda. Y bueno, ninguna mascota reemplaza jamás a otra. Ellos son como los humanos, también tienen su 'personalidad', parece mentira pero es así.

    Ya hemos tenido varios perros y todos son muy distintos.
    Laximy: Cariñosa, Muy celosa de su madre humana (mi hermana), super traviesa. No comía cualquier cosa, exigente al comer.
    Boby: Nada cariñoso. Reservado y muy juguetón (le encantaba el fútbol), jamás entregaba nada que cayera al piso accidentalmente, pero todo un caballero cuando comía al lado de Laximy, dejaba que ella comiera primero. Comía cualquier cosa.
    Candy: Cariñosa en Exceso, se deja abrazar y besar por todo el mundo. Cabe en cualquier huequito y sabe que eso la hace bella. No come en exceso, pero tiene buen apetito y acepta de buena gana comer lo que le pongan.
    Mattías: Un bebé inmenso. Lo rescatamos de la calle siendo un pichurrito lleno de pulgas, ha crecido enormemente y es un perrito de lo más educado. Muy noble, come lo que sea, es muy agradecido. Entiende de una manera que ni a los que les hemos enseñado modales entienen tan bien como él. Le gustan los abrazos cortos y jugar béisbol.
    Ramón: Rescatado de un basurero con una enfermedad en la piel bastante fuerte. Es un juguetón excesivo, le gustan los abrazos, los besos y no es para nada educado como Mattías, también entiende pero se hace el que no. Y come por todos los anteriores, creo que hasta ha comido trozos de pared en su hambre excesiva (y no es que pase hambre, es glotón y ya).

    Ay Maru, creo que fue muy largo lo que escribí, pero el tema de las mascotas es muy lindo.

    Cuando te sientas preparada para recibir a otro cariño animal en tu vida, házlo. Ya has tenido varios y sabes que ninguno es igual a otro, todos son distintos pero tan importantes!!!Son como los amigos o la familia, cada ser es distinto pero importante en la vida de la gente.
    Los animales nos dan alegrías inmensas, son tan nobles que hasta los malhumorados son hermosos!

    Un abrazo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Anita, me ha divertido mucho la historia de tus mascotas. ¿cómo puede uno no encariñarse con ellas? son tan especiales :)

      Un besito

      Eliminar
  6. Mi Maru querida! No sabes cuanta tristeza me da, estoy aquí llorando a moco tendido. Y es que me pongo en tu lugar y no me logro imaginar mi vida sin Dante, se arruga el corazón imaginando y hasta casi sintiendo como te sientes con esa pérdida tan significativa en tu vida de tu amado Gandalf.

    No tengo palabras para consolarte, simplemente te acompaño en la distancia y te envío un abrazo grande

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Prii,

      Yo tampoco imaginaba mi vida sin Gandalf.
      Uno sabe que ese día tiene que llegar, pero no importa la edad que tengan, siempre es demasiado pronto para verlos partir. Es tan triste.

      Un abrazo

      Eliminar
  7. me conmueve mucho tu relato, es tan vívido para todos aquellos que tenemos a ese ser especial que nos acompaña el día a día, solo el tiempo endulzará lo triste que es la partida de gandalf, pero debes saber que él te acompañara por siempre, a través de los sueños y de su presencia invisible para nuestros ojos, un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por tus palabras,

      Trato de recordarlo grande, pesado y felíz como alguna vez fue y no triste, flaco y adolorido como murió. Me consuela saber que ya no sufre.

      Eliminar
  8. Que triste, yo tenia un gato casi 19 años, y nuestras mascotas dejan un gran agujero en nuestros corazones. Abrazos.

    ResponderEliminar
  9. Imposible no llorar leyendote ... ay Maru, yo no he tenido mascotas desde que era una niña, sin embargo, logro sentir lo que estás viviendo y todo lo que narras ... todos nos encariñamos con Gandalf, cuando hablo de tu blog hablo de tu gato y de sus travesuras, de todas las que le hizo a Juan!!! les mando un super abrazo, así como guardo tus recetas con mucho cariño, así guardaré este post con tan hermoso homenaje al Gran Gato Goloso!!!!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Melbita,

      Aún no me acostumbro a la idea, lo extraño tanto!

      Eliminar
  10. Siento mucho la pérdida de la mascota. Yo también he perdido gatos y perros y siento sus ausencias. No puedo vivir sin mis animales y como la vida sigue pongo otros en mi vida. Desde luego que no olvido a los que se han ido y que han llenado mi vida de felicidad. Reitero que es muy duro perderlos.

    ResponderEliminar
  11. No sabes como te entiendo, tuve una siamesa que falleció en 2008, me alegró con su cariño y mala uva durante 16 años. Al final su cuerpo ya no pudo más y su corazón se fué apagando, la ayudamos en ese último tramo de vida. Sigo recordándola a dia de hoy muchísimo. Junto con ella y a los dos años después falleció una gatita que recogí de la calle, solo tuvo 9 años de vida, estaba enfermita al venirse a casa.
    Mi hija se trajo a sus dos gatas, ambas vivieron 12 y 14 años respectivamente.
    Al morir la última, acogí un gato que mi veterinario había recogido de la calle y aunque era callejero,estoy segura que había convivido con humanos, sobretodo con una persona mayor. Ël se quedaba mirando fijamente a mi madre muy mayor y le decía cosas sin sentarse en su regazo. Ha vivido en mi casa durante seis años.
    No te haces una idea de lo sola que está mi casa sin un gato y mi cama lo mismo.
    Tengo dudas en volver a tenor otro gato/gata, le tuvimos que despedir hace aprox. un mes y estoy muy triste.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por tus palabras!

      Me consuela saber que no soy la única.

      Un abrazo

      Eliminar
  12. Hola Maru, lamento tu pérdida y siento tu dolor. Sé cuanto duele perder a esos amigos peludos e incondicionales que nos brindan toda su dulzura sin pedir nada más que un poco de nuestro amor y que al marcharse se llevan un pedacito de nosotros con ellos, también sé que en algún sitio hay otro esperando que le abras tú corazón cuando estés lista.
    Gracias por compartir con nosotras tus alegrías y tristezas.

    ResponderEliminar
  13. Maru, te comprendo perfectamente. Mi adorada gatita Sissy nos dejó hace ya dos años y fue muy duro para nosotros. Era un miembro más de la familia. Los que amamos a estos seres hermosos, sabemos lo que sientes. Ánimo por tu gato goloso!

    ResponderEliminar
  14. Siento mucho su pérdida, más se lo que está sintiendo, pues pase por un duelo similar e el año 2010, con Bethoven, mi perrito fiel, el de la infancia de mis hijos, creció al igual que ellos. ël era parte de mi familia. A su partida, me deprimí, tanto así que no quería comer, lo extrañaba muchísimo y con la ayuda e mi familia fui superando, aunque aún lo lloro. Créame que la entiendo perfectamente!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Así pasa, quien nunca ha tenido mascotas no sabe lo que se siente perder una.
      Un abrazo!

      Eliminar
  15. Que triste Maru saber que Gandalf partió...siempre es una tristeza grande cuando nuestros compañeros peluditos se van, pero allí ellos siguen estando, en nuestro corazón y recuerdo. Ahora estás muy dolida, y es lógico estarlo y llorar. Ya luego podrás recordarlo con una sonrisa en tu rostro y revivir en tu mente tantos momentos felices junto a él.
    Un abrazo grande!

    ResponderEliminar
  16. Previosas palabras, seguro que Gandalf fue muy feliz a tu lado y ahora está reposando echo un ovillo en el puente del arcoiris. Te entiendo pwrfeperfecta, tube un gato a los 13 años que me duró 17 años muy felices, era fantástico crecer juntos, esa conexión, ése vinculo es algo muy especial. Nunca he podido olvidar su mirada, esa mirada que hablaba por si misma. Después enlacé con los gatos de mi novio, hoy mi marido, ahora estos gatos tienen 14 y 13 años, los adopté con todo mi corazón, los quiero muchidimo pero nunca es igual. Ahora me doy cuenta que nunca he estado sin el abrigo tan afectuoso de su cariño, son tan especiales los gatos que no creo que pudiera estar sin ellos. Mucho ánimo, dejan cicatrices en tu corazón, pero el corazón tiene que seguir latiendo, intenta que la luz y la alegría siga fluyendo. Un abrazo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Extraño muchisímo la compañía de una gato, por ahora me conformo con ir a casa de mi hermana y acariciar los de ella. Algunos no se dejan pero otros sí. Son tan lindos :)

      Eliminar
  17. Entiendo muy bien este sentimiento.. Mi gata Mimi se me fue el 17 de Agosto con sus 18 añitos ya cumplidos, también por la enfermedad renal. Cuando he leído tus palabras me he sentido muy identificada con ellas, aún no me veo lista para tener otro gatito en casa. Muchísimo animo!

    ResponderEliminar

¿Tienes alguna duda o comentario? déjalo por aquí, enseguida te respondo